Fallece Ignacio Rodríguez Genta, cantante de Genetics

style="float: right; margin-bottom: 10px; font-weight: 600;"Tue 20th Jan, 2015

He visto muchas bandas tributo a verdaderos monstruos de la música contemporánea como ser The Beatles, Queen, Creedence Clearwater Revival, los Redondos, etc.
Pero pocas veces ví en forma tan dedicada y esmerada, la transformación que juega en una persona el hecho de interpretar a un tremendo músico como lo es Peter Gabriel y que lo fuera hace décadas atrás iluminando el camino de su grupo, los británicos "Genesis" de los 70's, sin lugar a dudas, la mejor y mas gloriosa época de la banda mientras Gabriel brillaba sobre el quinteto inglés.
Nacho Rodríguez Genta eligió un camino para nada fácil. Su padre, el actor Ignacio Quiróz,  le marcó la senda. Habrá dedicado horas y horas de su vida a aprender de Gabriel, su forma de cantar, su acento (en perfecto inglés), su "acting", sus movimientos, sus performances en vivo, embadurnándose la cara y cambiando de vestuario, tanto como el personaje ("Rael", etc.) lo requiriese. Pero por sobre todas las cosas, lo que mejor haya transmitido a nosotros, los seguidores de "Genetics", esa excelente banda argentina tributo al "Génesis" de Peter Gabriel de los 70's, sea el espíritu auténtico, sin guardarse nada, ya sea cantando sus canciones, tocando la flauta traversa o acompañando con su pandereta al resto de la banda, o tan solo "actuando" e interpretando a uno de los mejores y mas creativos artistas actuales. Su postura no era tan solo la de plantarse frente al micrófono y cantar una canción. Iba mucho mas allá de eso. Nacho se ponía en la piel de Gabriel, y lo vivía como propio, y entendía conceptualmente su obra artística, la cual vá mas allá que el mero hecho de cantar una canción. El teatro, la escenografía, el vestuario, las luces, encarnar a "Rael" aquel freak que aterrizaba en la Manhattan de los 70's donde pasaba un sinfín de desventuras, con todo su entorno artístico, musical, y de historias personales extremadamente bizarras y locas.


Quizás por eso, tanto como por el desempeño a nivel grupal de la banda Genetics, me haya cautivado a seguirlos en los últimos años a sus conciertos en vivo en los teatros porteños y darme cuenta que cada entrega de la banda era una obra de arte en sí misma, desde lo estético, hasta lo musical.
Hoy lo despedimos, pero quiero dejar antes, una cita de T. Campbell: "Vivir en el corazón de los que dejamos atrás no es morir".


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